Rubén es el líder,  lleva años organizando el campeonato con un grupo, más o menos variable de “colegas”. Llegan casi una semana antes a realizar la revisión del arbolado y montar las pruebas, renuncian a días de curro o “pillan” vacaciones. Trabajan intenso, los he visto y no dejan de bromear, se coordinan desde distintos puntos de la geografía española.

Felipe le sigue y le cubre en la organización cuando Rubén pierde fuelle y se defiende bien dando órdenes, en la logística y con el micrófono.

Luego llegan los voluntarios, se necesitan tantos voluntarios como participantes, un colega puede ser tu juez, no hay amigos. Las normas vienen marcadas por los campeonatos internacionales, y hay que ser estrictos.Los nervios y la tensión de los aspirantes a veces juegan malas pasadas.

Hasta la fecha ha venido siendo un lugar de encuentro entre compañeros, que se ven una vez al año, más con el objeto de encontrarse que con el afán de ganar el campeonato. De un tiempo a esta parte se ha perdido un poco ese rollo y algún que otro participante motivado está más pendiente del afán de ganar el campeonato y representar a España en el Europeo, que en aquel viejo rol, y surgen fricciones, fruto también del cansancio y estrés de esos días.

Son un colectivo apasionado que vale la pena ver en acción. Son divertidos, siguen siendo un poco niños porque han conseguido trabajar sobre los árboles como todos hicimos de pequeños y son de una talla personal y profesional de alto nivel. Son sensibles al valor del árbol y muy profesionales, conscientes de que se juegan la vida en el día a día y cabe estar bien asegurados.

Los hay ingenieros, jardineros apasionados que se engancharon a ascender, gente que viene reinventada de otras profesiones y alguno que otro viene de  esos de clase que no se acababan de encontrar y encontraron en esto su razón de ser.

A medida que cumplen años algunos deciden diversificar la profesión y comunicar y formar a otros nuevos,  y compartir la pasión por el árbol pasa convertirse en una necesidad.

Alex Cuadrado es uno de ellos, colaborador ocasional de este blog, busca comunicar y trascender, y en esa línea ha montado un programa de actividades para niños en torno al campeonato que vale la pena no perderse. Todos han arrimado el hombro para que sea un éxito, solo faltan papás motivados que llenen el parque de niños pequeños y no tan pequeños, y algún adolescente que no se encuentre, quizás se identifique con el colectivo y se enganche a una profesión impresionante.

Haya, y el resto de mujeres, conscientes de la necesidad de que queda mucho por hacer para que la mujer se enganche a esta profesión, han traído una exposición de fotografías de época e incluso al autor, Jochen Raib, yo no me lo perdería pero, en esta ocasión no voy a poder acompañaros, aunque sabéis que me encantaría.

Rosa, Enrique y Nestor, de nuestra querida secretaría técnica de la Asociación Española de Arboricultura, están a todas, y hay que agradecer a patrocinadores y expositores, que nos ayudan a sufragar el camponato. Gracias Parc Samà por facilitarnos el encuentro en un lugar tan especial.

Si estás cerca, no te lo puedes perder.