Naturaleza urbana en sociedad

I dream, de David Ignatow

En esta diversidad y heterogeneidad de colaboradores, Pablo inspirado en estos tiempos raros, nos propone que estos días de limitación de nuestra vida ordinaria, los vivamos como fuente de inspiración. A tí, tus momentos de introspección, ¿Que te sugieren? Deseamos que sean creativos y generadores de actitudes positivas.

En mi casa. He comenzando a leer textos sobre teorías de ecopsicología y sus posibles aplicaciones al campo del arte terapia. Entre autores como Michael Cohen, Glenn Albrecht, Andy Fisher… de repente, mi atención cambia, el texto que estoy leyendo hace una referencia a la poesía. “Voy a citar la línea de un poeta que…” dice el autor. 

Me detengo hambriento ante el estímulo.

Doblemente. Por un lado, la unión entre poesía y ecopsicología; y por otro, la creatividad y el azar. 

La memoria es misteriosa. Sin más, me acuerdo del clásico juego surrealista de escritura automática llamado cadáver exquisito, y que en alguna actividad realizada he utilizado como naturaleza exquisita. Este juego grupal consiste, simplemente, en la creación de un texto o poema construido con pequeñas partes escritas por diferentes personas que, además, desconocen lo escrito por el resto de participantes. Es juego espontáneo y algo que podría evadirme por un momento llevándome además por terrenos desconocidos.

Pues, ese autor mencionaba a tres poetas americanos. Tres poetas que me conectarían con la naturaleza. David Ignatow, Gary Snyder y Wendell Berry. Así que, me preparo para conocerlos un poco más y decido seleccionar un verso de cada uno de ellos para componer una breve poesía de naturaleza exquisita. 

Comienzo a buscar y me detengo ante los versos del primero de ellos: los poemas de David Ignatow. Un poeta neoyorkino de escritura informal y, que dicen, es heredero del estilo del gran Walt Whitman. Busco entre sus poemas y me parecen, los poemas de Ignatow, recubiertos de un tono árido y poco complaciente que no acostumbro a encontrarme entre mis lecturas, especialmente entre aquellas más naturalistas. Quizás las semanas de confinamiento hayan alterado mi paladar. 

De viaje al interior del poema me doy cuenta que estoy sentado en el antiguo corredor de madera que hay en la entrada. Es “mi barro”. Estoy mirando al cielo de Madrid por la ventana. Como Ignatow, también tengo una decisión: ¿volar o revolcarme?

Traduzco el poema y pospongo el juego surrealista para otra ocasión...

Sueño que estoy tumbado con mi espalda sobre el barro y mirando hacia el cielo. ¿Qué prefiero, puesto que tengo el poder de volar hacia el aire de la pizarra azul? Es verano. Determino rápidamente que tumbado boca arriba poseo una vista del cielo que no podría disfrutar volando en él; en cambio echaría de menos el barro.

(Traducción propia del original)

 

Composición de fotografías del cielo, y su luz, a lo largo del día. Vista desde la ventana de mi “atelier” un día al azar durante el confinamiento del mes de abril en Madrid. Inspiradas en los ambientes del artista LandArt británico James Turrell.

Pablo García

Psicólogo en Educación y Desarrollo Evolutivo y Arteterapeuta

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