Naturaleza urbana en sociedad

Subirse a un árbol, escuelas digitales por necesidad.

El post de hoy tiene truco. Desarrollamos habitualmente contenidos relacionados con la naturaleza. Hoy nos refererimos a la historia de Alexéi, publicada en un artículo reciente de El País,en la que nos cuenta como debe encaramarse a un abedul en los bosques de Siberia para poder estudiar ‘online’. ¿Te imaginas?

Una de las complejidades que nos ha traído la crisis del COVID-19, hasta que podamos volver de verdad a nuestra anterior "normalidad" es que el sistema se ha visto obligado a la fuerza a la promoción de las herramientas digitales en el trabajo y en la docencia. Este artículo que os presento hoy de María R. Sahuquillo para el diario El País Digital, expone dulcemente algo trágico: la brecha digital en el mundo "smart" o inteligente. Es una dulce denuncia a la fragilidad y a la dificultad de ser, especialmente en el mundo rural, (pero también en las ciudades). Y seguro es extrapolable, de la lejana Siberia a un pueblo de Soria o Teruel. 

El artículo acompaña un video, de Alexéi Dudoladov, estudiante y bloguero, en el abedul al que se encarama para captar mejor la señal de Internet en la remota aldea siberiana de Stankevichi, el pasado 13 de noviembre.

Nos hemos encontrado en los meses de confinamiento niños que hacían los deberes con el movil de mamá, cuando ella venía de trabajar, y papás en teletrabajo compartinendo PC's con sus hijos, en un "ves acabando que me apremian" durante el confinamiento. 

Alexéi debe amar su abedul, no me cabe duda. Pero no es como Julia "Batterfly", de la que hablábamos en el blog en un artículo reciente que permanció por voluntad propia 738 días sobre una secuoya para evitar que la talaran.

Retornar a la España vaciada, es un deseo optimista, necesario, pero debe posibilitarse faciltando su día a día. No debemos olvidar la necesidad en paralelo de promover el acceso a los colectivos vulnerables, hijos de padres en ERTE o sin empleo, a dispositivos y redes digitales, de forma que no acusen y se vea agravada la brecha social.

Y luego, en su tiempo libre, que disfruten de subirse a los árboles, una pasión mucho más intensa cuando se hace por deseo y no por obligación. 

 

Este es el sentido del post de hoy, esa demanda en positvo a quien quiera escucharla y esté en disposición de atenderla.

Inma Gascón

Ingeniero Agrónomo

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