Escribí una primera entrada, con mis recomendaciones del año anterior. En esta ocasión, junto a las recomendaciones de los títulos podéis acceder a post recientes publicados.

Publicado por Gallo Nero, este título de May Sarton, descubierto por casualidad es una delicia.  Emplazado en la década de los 50 en un pueblo de New Hampshire, describe como la autora aterriza en la vida de pueblo, de las relaciones con sus vecinos, el placer de la soledad y la escritura; y lo hace sobre el hilo de la transformación de la casa que adquiere que convierte en su hogar y de su jardín.

El último libro de Daniel Gascón, Un hípster en la España vacía, publicado por Literatura Random House.

Si eres urbanita, pero has convivido con la gente de pueblo, este libro te va a enganchar. Fácil, fresco y con un punto irónico, dibuja perfectamente la relación entre las nuevas generaciones urbanitas que se acercan a la vida rural. Saca partido de las caricaturas de unos y de otros y te hace reír con sutilezas. Evidencia los cambios, unos necesarios en los que embarcarnos y otros, sinsentidos en los que nos encontramos.

Encontré este título, junto a los de Santiago Beruete, publicados también por Turner, en mi querida librería La Biblioteca de Babel, fue una invitación a su lectura. Nadie me había hablado de él, ni conocía a su autor. Menno, nos habla de la diversidad de los ecosistemas urbanos como no he visto hacerlo a nadie. Es ameno, y accesible y tiene esa capacidad que solo he visto en unos pocos científicos de traducir temas complejos, y hacérnoslos comprensibles a los que nunca cursaremos un doctorado, pero nos gusta tomar nuestras decisiones apoyándonos en la evidencia científica. 

El pasado 17 de octubre de 2020 se  celebraron cien años del nacimiento de Miguel Delibes. El Camino, emplazado en el pueblo cántabro de Molledo Portolín, lugar en el que Delibes pasó su propia infancia y origen de su familia paterna, le sirve de inspiración. Daniel, el Mochuelo, la noche anterior a su partida a la ciudad para estudiar, evoca sus años en el pueblo que le vio nacer y en el que transcurrió su infancia junto a sus inseparables amigos, Roque, el Moñigo, y Germán, el Tiñoso.

No os perdáis su discurso de entrada en la academia, accederéis a él en el post que publiqué recientemente en relación al aniversario.

 

 

Publicado por Espasa, Eduardo Barba, es un jardinero apasionado que se asoma con asombro en un paseo botánico a las obras pictóricas de los grandes maestros del Museo del Prado, así como a otras obras de otros maestros de otros museos; pero también por la cotidianidad de lo pequeño, por el recuerdo de aromas, paisajes y momentos. Se lee de tirón, te captura.

Publicado por Gallo Nero, Rudolf Borchardt en El jardinero apasionado, escribe un libro erudito, disitinto y especial. Filosofía, y evolución de una parte preciosa de la historia de la flor, nos habla de las introducciones de las flores de los nuevos mundos en la jardineria ornamental de los siglos XVIII y XIX, a través de sus protagonistas (botánicos, exploradores, horticultores) reflejando las consecuencias del desplazamiento sobre las especies existentes hasta entonces en los jardines. Pero no solo eso, tiene mucho más, para disfrutar.

Publicado por Ariel, Aina S. Erice nos rescata en este libro las plantas olvidadas. Para leer a ratos, segmentado en bloques, y en un lenguaje ameno, rico y apetecible; como lo hace en su blog, y en los artículos que ocasionalmente nos regala en Verne.

Axantxu Zabalbeascoa entrevista a Giles Clemence, recientemente en un artículo en Diario El País. El autor, de una trayectoria profesional singular, recoge en este libro simple y magistralmente aspectos relevantes pero imperceptibles para muchos. Conceptos y aspectos a incporporar sobre el verde urbano no ordenado. Muy interesante.

Evocador este último libro de Umberto Pasti, Perdido en el paraíso, publicado por Acantilado. Conquistada por su pasión con un fin y su perseverancia en su consecución a pesar de las dificultades. En la descripción de la construcción del Jardín en Rohuna nos habla de una sociedad, su cultura, un lugar,  y su gente.  A través del cuerpo principal de la creación del Jardín, nos habla de la recuperación de ciertas especies en desaparición, en el avance “del progreso” y la urbanización salvaje de la costa atlántica marroquí. También de aromas y de lealtades, de realidades como la emigración, y de la evolución en la pérdida de valores y su cultura. Umberto no juzga, revela un profundo respeto por la cultura, costumbres y su gente. Si además, por afición o profesión te apasiona la jardinería, disfrutarás con la evocación de la construcción del jardín; consigue que lo dibujes, lo pasees, lo comprendas y saborees sus aromas.

Así, en El Jardín de los delirios, Ramón del Castillo, en un lenguaje comprensible para los mortales, en pedacitos sugerentes, nos va desgranando la esencia combinando distintas disciplinas aproximándonos a las distintas formas de percepción de la naturaleza. Las referencias documentales, el orden, y sus experiencias vitales enriquecen el relato con sus vivencias, aprendizajes e intercambios de conocimiento.  Disfrutar compartiendo sus planteamientos resulta imprescindible, pero ojo, no es un libro fácil, requiere atención.