Naturaleza urbana en sociedad

Dolce far niente: La dulce vagancia, el placer de no hacer nada

31 de julio, a estas horas muchos de vosotros estáis saliendo o entrando en vuestro descanso estival, o en ello. Por eso hoy, yo que me encuentro en el fin del mío quiero detenerme a hablar de este estado, disfrutando del placer de no hacer nada, o de hacer de otra forma, distinta y muy recomendable.

Parar, desconectar de tu día a día, de tus rutinas, de tu móvil de trabajo, y si puedes hasta del personal. Dedicarnos a no hacer nada o a mirar las mismas cosas que vemos habitualmente, con el detenimineto que hace que las veas distintas, atentamente. Desconectar de compañeros de trabajo, de jefes y subordinados, de ocupaciones y preocupaciones, de fechas límite de entregas, atendiendo a tus gustos y a tus pasiones.

Tiempo para los amigos, familia, o en soledad, donde se juega y se cocina sin mirar el reloj, y las sobremesas y las siestas se alergan hasta que el cuerpo te lo pide. El placer de levantarte tarde, o madrugar para un buen paseo, bañarte y mirar al fondo durante rato o estar boca arriba meciéndote sin tiempo, leer hasta que no te cabe más, aunque sean horas.

Pero lo más importante, es tiempo de parar a escucharte, identificar lo que eres y lo que no, lo que te place en tu rutina y lo que no y plantearte esos cambios que pueden hacer que te encuentres más a gusto, disfrutes más o estés más satisfecho con tus objetivos, sean los que sean, familia, trabajo o amigos. En definitiva, generar nuevas inquietudes y ganas de emprender nuevos proyectos, generar cambios en las formas de hacer y de relacionarnos (o no), Dolce far niente, días de dulce vagancia, ¿Te imaginas? Buen verano!

Inma Gascón

Ingeniero Agrónomo

Artículos del autor