Naturaleza urbana en sociedad

Los jardines y los huertos frente a las “no cosas”, filosofía para tiempos etéreos.

Hoy en día la tecnología y las redes sociales, materializado en el smartphone como oso de peluche digital, nos consume unos tiempos y capacidades que desaprovechamos para otros fines, que nos hacen más felices y realizados. Cultivar un huerto o un jardín, leer o pasear o" no hacer", es una alternativa muy sugerente; hoy hablamos de ello, a cuenta del último título del filósofo Byung-Chul Han "No cosas, quiebras del mundo de hoy" que recientemente ha publicado Taurus.

Un artículo (que no soy capaz de rescatar) reciente refería que en pocos años, estar colgado del móvil estará tan relegado como el hábito de fumar. Y sin embargo, mires donde mires, en los espacios de espera y en los de acción, encontramos habitualmente gente colgada de una pantalla.

La lectura reposada de dos títulos recientes La mente bien ajardinada y Aprendívoros, dos títulos sugeridos en el blog en artículos anteriores, ha colocado mi cabeza en otra manera de percibir el día a día desde esta cabeza “amueblada en Verde”. 

El pasado domingo, el Diario El País publicaba un artículo de Sergio C. Fanjul en el que entrevistaba al filósofo coreano Byung-Chul Han, a cuenta de dónde y cómo funcionamos como sociedad, y dónde tenemos emplazadas nuestras cabezas. Sergio cita el término acuñado por Han de las "no cosas", esas realidades que consumen nuestros tiempos y nos evaden del disfrute de las cosas ciertas y materiales. Paradójicamente, en un mundo donde tenemos al alcance de la mano muchas cosas materiales, consumimos nuestras energías en mostrar información prescindible e íntima, haciéndola pública y expuesta, distorsionamos realidades y estamos pendientes del retorno que esas exposiciones nos retornan en forma de seguidores y me gusta; consumimos tiempos ingentes en opiniones de cuestiones banales, magnificadas como relevantes, dejando de prestar nuestro tiempo y energía al placer de estar y disfrutar, solos o en compañía.

Pasear, leer, y cultivar un huerto o un jardín son tres acciones que hoy quiero poner en valor como contrapunto al sinsentido de las “no cosas”. Porque nos permiten crear, serenarnos y pensar, y nos inducen a encontrarnos reflexionando sobre las cuestiones que nos azoran sin intromisiones atropelladas de corrientes borreguiles. Son lugares para compartir con familia y/o amigos o para hacerlo en soledad y nos enseñan a valorar la importancia del tiempo. Tiempo de distintas velocidades, ralentizado y opuesto a la vanalidad de las redes sociales. 

La variación estacional de las plantas, nos regalan con sus ciclos fisiológicos cambios relevantes de los que nos sentimos partícipes y con los que disfrutamos.

Pero el lento discurrir del tiempo tal y como lo conocemos provoca también maduraciones, crecimientos en las estructuras vegetales, regalándonos cambios permanentes. La Carta de Florencia de jardines históricos refiere esa interesante cuestión de cual es el tiempo de un jardín, como una consecución temporal viva, que progresa, madura y evoluciona.

Acabamos de volver de la Feria de Iberflora, un encuentro de carácter internacional que aglutina profesionales del sector verde desde diferentes disciplinas, en esta ocasión celebrando su 50 aniversario en el que clientes y profesionales nos hemos reencontrado. El Agora Verde, ha dispuesto como espacio de debate entre sus sesiones referencias de alcance de la Infraestructura Verde, los nuevos fondos Europeos y su carácter transformador de las ciudades; por su parte los viveros están atentos y expectantes a las necesidades que se derivarán de los proyectos que se materialicen.

El objetivo de hoy es reflexionar sobre los tiempos necesarios de introspección, donde los profesionales cultiven y maduren sus ideas, sintetizando y materializando proyectos sólidos creativos aprovechando las oportunidades ante este cambio necesario de paradigma. 

Hoy ponemos en valor los huertos, los jardines y los lugares de paseo, como lugares sobre los que echar horas, o espacios de contemplación donde leer, pasear o “no hacer”, recursos clave en los que debemos concentrar nuestros esfuerzos. Lo hace Han, "Un jardín para redimir el mundo digital" y rescato un artículo en que lo relata, confiando en que os inspire para tomar distancia de las no cosas y recuperar la cordura. 

Si los técnicos municipales disfrutaran y dispusieran del tiempo de recorrer los espacios que gestionan, y más aún del tiempo para concretar y materializar las soluciones que los espacios necesitan, con toda seguridad las ciudades mejorarían y los ciudadanos disfrutarían de espacios a su vez inspiradores. Mientras tanto, malgastamos su tiempo y sus capacidades en atender quejas, críticas y banalidades, consumiéndolos en la sensación de improductividad para lo que saben y han sido preparados, esperando que llegue ese tiempo en el que como apuntaba al principio del artículo, esté mal visto estar colgado de la tecnología como lo es ahora el hábito de fumar.

Inma Gascón

Ingeniero Agrónomo

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