Naturaleza urbana en sociedad

Volver a comenzar

Empieza septiembre, rematamos inicio de curso profesional y, tras un descanso, corto o largo, nos planteamos un ejercicio de volver a comenzar, ilusionante y engrescador, con mucho por hacer, a por ello!!!

Además de un título de una maravillosa canción de Luz Casal, (que os sugiero por altamente recomendable), llevamos un verano desatado con olas de calor batiendo récords, aflorando “Las piedras del hambre”, además de regiones con sequía declarada, incendios devastadores y unos números nada halagüeños de mortalidad asociados a la ola de calor de julio, que preocupan y ocupan por superar en mucho a las estadísticas que se disponen de fallecimientos por caídas de ramas, y árboles en los meses de estío.

Ahora que parece que la cosa va en serio y que las cuentas “no dan” y, con “la que se avecina”, sin desear que el debate se estire más que la serie de televisión del mismo título, debemos abordar este asunto con rigor y transversalidad.

Parece que una parte importante del urbanismo tiende al verde y empezamos a ver las ciudades como necesariamente transformables en entornos más naturales y habitables; al menos eso dicen recientemente los urbanistas y colegios de arquitectos, llegando a priorizar el arbolado en detrimento del vehículo privado, hasta ahora encumbrado en las ciudades.

Parece también que una parte de la sociedad empieza a estar concienciada con la necesidad de transformar las ciudades, y existen movimientos reivindicativos aislados o colectivos que cuestionan intervenciones urbanas contrarias a estos preceptos. 

Recientemente hemos asistido a movilizaciones ciudadanas, en acciones encaminadas a detener “sinsentidos”. El reciente sainete del Ficus de San Jacinto en Sevilla nos deja un sabor amargo, al contemplar con impotencia como se llega tarde a detener la tala de un ejemplar y ahora se trata de recomponer un ejemplar seriamente dañado.

La Ley 7/2021, de cambio climático y transición energética cita en el Artículo 14. TÍTULO IV Movilidad sin emisiones y transporte cita literalmente en su epígrafe 3. Los municipios de más de 50.000 habitantes y los territorios insulares adoptarán antes de 2023 planes de movilidad urbana sostenible que introduzcan medidas de mitigación que permitan reducir las emisiones derivadas de la movilidad incluyendo, al menos: 

a) El establecimiento de zonas de bajas emisiones antes de 2023. 

b) Medidas para facilitar los desplazamientos a pie, en bicicleta u otros medios de transporte activo, asociándolos con hábitos de vida saludables, así como corredores verdes intraurbanos que conecten los espacios verdes con las grandes áreas verdes periurbanas. (…). Son 149 las ciudades agraciadas, encontraréis la lista en este interesante artículo publicado por el Diario La Vanguardia.

En una coyuntura donde la Ley Cambio Climático y Transición ecológica propone e impone a las ciudades cambios estructurales de alcance, la transformación de la movilidad es un espacio de oportunidad que permitiría mejorar la disposición del arbolado en la ciudad, mejorando su dotación y permitiendo renovaciones valientes, para los que vendrán.

En el “volver a comenzar” y resetear lo importante frente a lo urgente que nos pisa en el día a día, especialmente en la vorágine de lo local, recojo 5 ítems esenciales a incorporar si, como recogen la Ley de Cambio Climático, y la Orden PCM/735/2021, por la que se aprueba la Estrategia Nacional de Infraestructura Verde y de la Conectividad y Restauración Ecológicas, decides apostar por el Desarrollo de un Plan de Gestión o Director de Arbolado en tu ciudad.

1. Cuestión de tamaño, el tamaño sí importa.

Necesitamos ciudades arboladas “de verdad” que aporten verdaderos beneficios a la ciudadanía. Considerar árboles reales, de tamaño considerable. Una de las limitaciones actuales que se está imponiendo en algunos de los Planes de Gestión /Directores aprobados en aquellas ciudades que lo tienen, es la disposición de arbolado en los espacios actuales, renunciando a plantar arbolado en calles de secciones estrechas, sin ocupar espacios de aparcamiento o disponiendo árboles de pequeña dimensión, que no lo son como tales y apenas generan beneficios ecosistémicos. Como refieren diversos autores el arbolado que aporta beneficios es aquel que proporciona mayor cobertura de sombra, y forzosamente pasa por arbolado de tamaño medio grande. Plantar árboles pequeños que no molesten a la ciudadanía, o renunciar a ellos en calles estrechas es falaz, e ineficiente y como técnicos debemos evitar “hacernos trampas al solitario”.

2. La cuestión de salud y riesgos para la ciudanía deben estar bien calibrados.

Medir bien el riesgo frente a lo uno (Ola de calor) y lo otro (riesgo de caída ramas). Las cifras de este verano hablan por sí solas, no podemos actuar frente al miedo, debemos conocer cifras y datos que nos permitan tomar decisiones con rigor; tener en marcha un plan de gestión y conocer tus propios indicadores ayuda mucho, en la objetividad, para la toma de decisiones, que debe ser luego reportada a la ciudadanía.

3. La Accesibilidad planteada como derecho universal debería ser compatible con el derecho a permanecer de los árboles.

La nueva Orden de accesiblidad, Orden TMA/851/2021, por la que se desarrolla el documento técnico de condiciones básicas de accesibilidad y no discriminación para el acceso y la utilización de los espacios públicos urbanizados, pone difícil sobrevivir a los árboles, especialmente a aquellos dispuestos en aceras estrechas que necesitan reforma.

Con unas ciudades consolidadas con cascos urbanos dispuestos en su mayoría sobre secciones de calles estrechas en la búsqueda de generar sombras, los ejemplares veteranos que permanecen se encuentran embutidos bajo una maraña de instalaciones (luz, aguas, gas, RDSI, etc) y habitualmente cuesta resolver itinerarios peatonales accesibles sin topar con algún veterano.

¿Debemos prescindir de ellos y poner delante el derecho universal de accesibilidad? Deberíamos ser capaces de encontrar soluciones transversales que permitan conciliar sin renuncias.

4. Muerto el perro se acabó la rabia… pero llegaron otras rabias…

Falta también registro e información rigurosa de aquellas especies que tienen tendencia a dañar infraestructuras, redes de servicios en vía pública y afecciones a propiedades particulares (muros, aljibes, pavimentos, etc.,). Bien es sabido que en muchas de nuestras ciudades los técnicos lidian habitualmente con estas afecciones que provocan las raíces en la búsqueda de aire y agua, y que hábilmente lo consiguen al poderles a edificaciones y construcciones frecuentemente construidas en precario. 

¿Somos capaces y tenemos los cocimientos necesarios para resolver pensando en el árbol a la vez que en la resolución de la interferencia generada, sin la generalizada solución de cortar por lo sano prescindiendo del arbolado?

5. ¿Conocemos en profundidad el manejo de los árboles Veteranos? Y de ser así, ¿Tenemos capacidad para aplicar lo aprendido, en un espacio urbano compartido con profesionales de otras disciplinas profesionales?

Cuando se producen interferencias entre obra y piedra, ¿Se le da el mismo valor? Y en el mejor de los casos, siendo así, ¿Quién decide y en base a qué? Desafortunadamente tenemos demasiados ejemplos de que el verde siempre pierde.

Necesitamos ciudades arboladas de verdad que aporten verdaderos beneficios y ayuden a reducir el efecto de la isla de Calor en las ciudades. Debemos  conocer el patrimonio arbolado de las ciudades, conociendo también el entorno y la complejidad de las infraestructuras con las que conviven, dónde se encuentra ubicado y lo que aloja, y a partir del conocimiento concebir planes y estrategias de mejora que posibiliten mejores ciudades, de presente y de futuro. 

Pero la prisa mata a lo importante, quemados y agotados de la resolución de lo inmediato, sin tiempo para pensar en estrategias a medio y largo plazo, con frecuencia las rutunas municipales dejan a los técnicos resolviendo cuestiones inmediatas, a menudo intrascendentes, relegando para otro día el pensar en mejorar el legado, arbolado existente y el diseño de una estrategia de mejora de este a medio y largo plazo.

Como consultora, la salida de lo municipal me ha ofrecido este año el despacho con Ayuntamientos de distinto nivel de población; la cosa se complica en Ayuntamientos con menos de 100.000 habitantes donde el técnico responsable del verde en ocasiones no tiene la competencia profesional y el conocimiento para gestionar el verde o simplemente no existe.

Por ello, hoy refiero esta necesidad, reflexionando sobre la obligada actitud de promover planes de gestión y directores coherentes, trabajando de la mano con los técnicos de todas las disciplinas profesionales en pro de mejores ciudades, para los que vendrán,  Te imaginas?

El TreeVETCert, ya que, en general desconocemos como gestionar arbolado veterano, que precisa de una intervención especializada. La Certificación VETCert tiene como objetivo favorecer un reconocimiento de los arbolistas y técnicos que ya están ejerciendo la profesión con una gran cualificación, y buscar el reconocimiento de las instituciones que deben garantizar en última instancia la ejecución de buenos trabajos de arboricultura, elevando los estándares en la gestión de árboles veteranos en toda Europa y favoreciendo la movilidad de los profesionales dedicados a la gestión de arbolado viejo y veterano.

Junto a la certificación, a la que estás a tiempo de inscribirte, tendrá lugar un encuentro de Arboricultura de Arbolado veterano y singular en Gojón el próximo 29 de septiembre.

Organizado por las tres asociaciones Nacionales de mayor envergadura, tendrá lugar en Madrid el próximo 21 de octubre;

La iniciativa reafirma la necesaria visión del árbol desde diferentes prismas,  supone un acontecimiento de primer orden con quien interesa asistir acompañados de profesionales de otras disciplinas profesionales con quien compartes soluciones urbanas.

Inma Gascón

Ingeniero Agrónomo

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