Naturaleza urbana en sociedad

El bosque como medida de salud pública

¿Conocemos los beneficios de disfrutar de la naturaleza en el entorno de proximidad? Manuel en su primera colaboración nos abre una ventana a la reflexión de cómo la administración debe conectarse transversalmente.

Cuando los investigadores de la universidad nipona de Chiba decidieron enfocar sus estudios en la tradición japonesa del Shinrin-yoku, popularizada en occidente como baños de bosque, empezaron a desvelar cómo ocurre algo que el saber popular ya sabía desde hace tiempo: El contacto con la naturaleza es bueno para la salud. Y no solo por su papel en la calidad del aire y del agua. Sus resultados, junto con los de otros estudios, indican que esta actividad favorece unas menores concentraciones de cortisol, reducción de la presión y ritmo cardíaco, entre otros efectos relacionados con la reducción del estrés al compararlo con los resultados en ambientes urbanos. Además, los resultados muestran también unos niveles de glucosa menores en pacientes diabéticos.

En Suecia ya hace unos años que estos conocimientos se integran a programas estatales de rehabilitación de personas afectadas por enfermedades relacionadas con el estrés o con síntomas de depresión como el programa Gröna Rehab (rehabilitación verde) para funcionarios de la región de Vastra Götaland, donde los participantes pasan estancias de terapia realizando actividades tanto en granjas como en parques naturales. Además de mejorar la vida y la salud mental de las personas afectadas, se contribuye a la descongestión de la sanidad pública y los participantes adquieren habilidades que les pueden ser útiles para su vuelta al mundo laboral.

La compartimentalización de la administración hace que las intervenciones e inversiones públicas y sus metas se vean desde un solo ángulo, cuando realmente sus consecuencias y finalidades son o pueden ser mucho más amplias de lo planeado. En la gestión de espacios verdes dentro y alrededor de las ciudades existe la oportunidad de mejorar la calidad de vida de las personas que las habitan a diferentes niveles.

Cabe preguntarse cómo podemos traspasar las fronteras entre los distintos sectores de la administración para lograr lo que realmente es el objetivo común: mejorar la vida de las personas. Entender la conservación y gestión de los espacios naturales como un tema de salud pública y de calidad de vida es un buen comienzo.

Manuel Pomar

Licenciado en Biología

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